Un toque de Experiencia para ganar calidad en tiempos de sequía
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24 Febrero, 2018 - 13:00
El 23 de febrero, CLAAS Argentina, con el apoyo de KWS y BASF, llevó a cabo un encuentro a campo con las últimas tecnologías para la producción de forrajes y la cosecha. Estas son las claves para no perder eficiencia en la actual campaña.

El escenario fue el campo experimental de la ruta 188, km 308, en Florentino Ameghino, provincia de Buenos Aires. Allí, más de 450 personas se interiorizaron sobre las últimas tecnologías en forraje y cosecha. Durante el encuentro, productores, técnicos y contratistas compartieron disertaciones, dinámicas de maquinarias y ensayos de maíz, alfalfa y girasol. Como broche, el economista Carlos Melconian compartió su análisis sobre la situación económica del país y sus desafíos. Así transcurrió la primera Experiencia Forrajera y en Cosecha del año, una verdadera cumbre tecnológica que tendrá su próxima edición el 30 de mayo en Oncativo, Córdoba.

 

Los cultivos

En Ameghino, las tecnologías para la protección de cultivos fueron una de las figuras destacadas. BASF Argentina presentó ensayos aplicados en cultivos de alfalfa, maíz y girasol de KWS. Para el control de malezas gramíneas y de hoja ancha en pre siembra en maíz Clearfield Plus, la recomendación fue el herbicida Onduty Plus. En girasol, la tecnología Clearfield para el control de malezas “lleva 5 millones de hectáreas tratadas y 15 años de experiencia en el segmento. Es el sistema de producción líder en el mercado”, expresó Aimar Pena, gerente de cultivo de maíz y girasol de la compañía, y se refirió al herbicida Heat, la última tecnología con registro para secación del girasol. “Eso permite alcanzar momentos de cosechas más oportunos con calidad de producto”, aclaró.

 

El híbrido KM 4321 Full de KWS, de ciclo completo y alto potencial de rendimiento, fue el material destinado a la demostración de picado, con un rendimiento de 110 quintales por hectárea y 48 toneladas de materia verde. "A pesar del calor y el estrés térmico que sufrió esta zona, quedamos muy contentos. Lo sembramos en septiembre con entre 58 mil y 65 mil plantas, alcanzando las 55 mil espigas con una muy buena profundidad de grano para lo que es un picado en esta zona", aseguró el coordinador de Agroservice de KWS, Gastón Añez.

 

Henificación

En forrajes, BASF hizo hincapié en la tecnología de inoculación LactoSilo, una asociación de bacterias lácticas y enzimas celulolíticas que permiten controlar el proceso fermentativo del ensilado, haciéndolo más eficiente, un tema clave para esta campaña seca.

 

La calidad del corte de una pastura es clave cuando lo que se busca es eficiencia. CLAAS Argentina presentó, junto al AXION 930 -un tractor de última generación con 350 caballos de fuerza-, una segadora de tres cuerpos que suma 9 metros de ancho de trabajo. “A través de un sistema de corte de discos y una barra apoyada sobre el piso con presión constante, este equipo logra un corte neto, sin dañar la corona de la planta, evitando la pérdida de hoja“, señaló José Costamagna, de CLAAS Argentina. El trabajo fue complementado por el rastrillo hilerador LINER, que con su sistema de horquillas individuales es capaz de mover el forraje hacia el centro con una gran capacidad de trabajo que llega hasta los 15 metros en el modelo más grande. “De esta manera se produce un movimiento de la andana que permite continuar con el secado uniforme, para llegar posteriormente al paso de las rotoenfardadoras o megaenfardadoras con la humedad adecuada y uniforme, obteniendo una reserva forrajera de calidad“, añadió el especialista.

 

De INTA Manfredi, la voz autorizada fue la de Federico Sánchez. “Tenemos que lograr que ese heno que estamos confeccionando además de ser una fuente de fibra sea una fuente de proteína que va a terminar en el mixer. En este punto, un aspecto clave es la humedad. En el caso de rollos, siempre iniciar el proceso por debajo de 20% y terminar con 13%. En megafardos iniciar con 18% y se puede trabajar hasta con 11%, con pérdidas que nunca superen el 3%”, explicó.

 

La humedad del heno es un tema clave y Mainero lo sabe. La marca presentó en Ameghino la rotoenfardadora con cutter modelo 5832. Una novedad que la empresa está importando de Italia y que permite hacer heno con mayor contenido de humedad. Marcos Formica, de asistencia técnica, investigación y desarrollo de la empresa, explicó que el equipo tiene un sistema de cámara variable de correas con doble brazo tensor, lo que permite una geometría variable de la cámara que puede hacer rollo de núcleo compacto o flojo. Y de un diámetro de hasta 1,80 metros. Además de eso puede modificar la presión de compactación, desde el centro hacia la periferia, para hacer rollos menos densos en el corazón y muy densos en la periferia para que no pierdan forma en el almacenamiento. “Esas ventajas permiten ampliar el margen de humedad de la henificación hasta el 30 o 35%, sin riesgo de perder calidad en la conservación y a su vez resolviendo el gran problema que tienen estas máquinas, que es poder recoger pasto sin pérdida de hoja”, explicó Formica.

 

Desde Pozo del Molle, Córdoba, y para recoger los rollos que hizo Mainero y los megafardos de la QUADRANT de CLAAS llegó Agromec S.A. En Ameghino se pudo ver el juntador de rollos automáticos Mega 6, que recolecta y descarga 6 rollos en simultáneo. Y el recolector de megafardos prismático que junta 12 o 15 rollos, de acuerdo al tamaño. “Con ambos equipos se ahorra tiempo, combustible y operarios. Porque tanto uno como otro, con un solo operario, recolecta en el campo, estiva y traslada. Para la gente que se dedica a trabajar con megafardos o rollos en cantidad es el producto ideal”, dijo Cristian Ferrari, gerente de territorio de la empresa.

 

Para la etapa final del proceso, Mainero presentó el Mixer 2932 procesador de rollos, fardos y mega-fardos: "Gracias al diseño de la batea asimétrica, este modelo permite incorporar pasto de fibra larga. Tiene la batea asimétrica y el contrafilo muy por encima del centro del eje del sinfín interior, por lo cual evitamos que el forraje se encaje en el lateral derecho de la batea. Mientras que la mitad de arriba del mixer es la encargada de desarmar el rollo y proveérselo en láminas al sinfín inferior", explicó Formica.

 

Picado de maíz

En lo que hace a picado para silaje de maíz -el principal forraje conservado de la Argentina con más de un millón de hectáreas-, la clave fue cómo trabajar en lotes afectados por la sequía. “Por este fenómeno tenemos espigas con pocos granos o aborto de espigas. Por eso debemos trabajar por arriba de un 30% de materia seca y ver todos los aspectos en cuanto a tamaño de picado e inoculación para lograr un silo de alta calidad en condiciones adversas”, puntualizó Federico Sánchez, de INTA Manfredi.

 

La especialista de silo de KWS, Estefanìa Algido Coletti, destacó la importancia de conocer la calidad nutricional de los híbridos, para lo que incorporó un AGRINirs móvil que permite dar este servicio a campo. Los híbridos destinados tanto para grano como silo deben tener alta performance de rendimiento pero los destinados a silo además deben tener otras cualidades que aumentan la eficiencia de conversión a carne o leche. “Mayor cantidad y mejor calidad de alimento producido lleva a un menor costo de alimentación, y se reduce la incorporación de suplementos que no se producen en el campo”, dijo.

 

En las dinámicas, el protagonismo lo tuvo la picadora JAGUAR 940 de CLAAS con un recolector de pasturas y luego con un cabezal ORBIS 600 trabajando en maíz. “El cambio de cabezal es muy sencillo y la regulación de la máquina de cultivos, de pasturas a maíz, también es muy simple desde la cabina“, aclaró Costamagna, quien señala que las modificaciones básicas se dan en la longitud del picado para lograr una fibra efectiva adecuada. A su vez, el experto advierte que la utilización del cracker es indispensable a la hora de trabajar en maíz. En esa materia se vio en acción las virtudes del nuevo SHREDLAGE, un equipo que permite picar material más largo logrando una fibra efectiva en la dieta animal con una mayor digestabilidad. “Se obtiene una mezcla adecuada de fibra larga y grano totalmente roto, aprovechando todo el potencial del cultivo“, concluye Costamagna.

 

A la hora del embolsado, Richiger presentó la embolsadora de forrajes R10-230D, para bolsas de 9 y 10 pies, con 15 HP de reserva que ayuda en momentos de alto requerimiento. La compañía también fue de la partida en las dinámicas de cosecha con una embolsadora R1090, para bolsas de hasta 10 pies y 150 metros de largo. Mientras que la extracción de los granos se realizó con la extractora hidromecánica modelo E6910. "Siempre les indicamos a nuestros clientes que durante el embolsado respeten el nivel de estiramiento recomendado por el fabricante, regulando la compresión del material dentro de la bolsa para que se pueda liberar la mayor cantidad de oxígeno posible y así alcanzar la fermentación necesaria. Nuestras máquinas apuntan a que ese requerimiento pueda cumplirse con la mayor facilidad operativa y calidad posible", aseguró Nicolás Olazarri, del área de Ventas de Richiger. 

 

En la cosecha

“El maíz tardío es uno de los cultivos que mejor se adapta a la variabilidad climática que estamos sufriendo en los últimos años”, expresó Walter Miranda, del grupo de producción agrícola y gestión ambiental del INTA General Villegas, y recalcó la necesidad de invertir en programas de mejoramiento genético de híbridos para esas condiciones de cultivo. A los productores, Miranda les recomendó tomar decisiones fundamentadas en base al conocimiento del ambiente y ecofisiología de los cultivos.

 

Sobre eficiencia en cosecha, Federico Sánchez, de INTA, recomendó usar la técnica del aro de 56 cm de diámetro que permite rápidamente detectar como está trabajando la máquina, y que ajustes y parámetros se deben tener en cuenta. La campaña pasada los niveles de pérdida superaron los 243 kilos por hectárea respecto del maíz. “Este año tenemos que trabajar para disminuir al menos un 30% esas pérdidas, y la única manera es estar presentes al momento de la cosecha y realizar en el momento las correcciones para que la máquina trabaje eficientemente”, dijo y puntualizó: “La regulación del cabezal normalmente repercute en el 70% de las pérdidas en la cosecha de maíz. Además hay que regular las chapas espigadoras, la velocidad de los rolos, de las cadenas y el sinfín para que el despigue se produzca en la tercera etapa de las chapas espigadoras. Si la velocidad de los rolos es mayor a la velocidad de avance de la máquina también se produce mucha pérdida”.

 

Las dinámicas de cosecha estuvieron protagonizadas por dos LEXION 760, una equipada con un cabezal Allochis y otra con Mainero. Ambas máquinas fueron asistidas por las tolvas autodescargables de Cestari STF 38000 con oruga y FL 24700 4R de doble eje. “Nuestros modelos equipados con orugas han tenido mucho éxito, porque se pueden utilizar en cualquier parte del país y tienen acceso a lotes donde los equipos tradicionales no pueden ingresar“, afirmó Juan Andrés Cestari. A su vez, evita el huellado excesivo y la compactación del terreno. "Siempre nos aggiornamos a las exigencias del mercado y por eso apuntamos a satisfacer la demanda de los productores, que se inclinan cada vez más hacia equipos cada vez más grandes“, concluyó.

 

Al cierre, Jacto hizo su aporte tecnológico en pulverizaciones. Carlos Palmieri, gerente general de Multijacto, presentó dos equipos autopropulsados: una máquina de 3000 litros con 30 metros de barra, fabricada en la planta que acaban de inaugurar en Arrecifes, y otra de 4500 litros, barra de 36 metros, corte pico a pico, dos ejes direccionales - dirección y tracción en las 4 ruedas-, y toda la carga tecnológica-electrohidráulica para aplicar en pulverización. “La calidad de nuestra aplicación se destaca por la combinación de presión y caudal, que está regida por una bomba de 4 o 6 pistones que nos permite regular ampliamente, desde bajísimos caudales hasta altísimos, con presiones que van hasta las 700 libras y tienen controles desde el comando con tope de 300 libras”, detalló el ejecutivo.